
Sí, me tiro a la piscina.....Ahora que este blog ha cumplido más de un lustro. Ahora que todo el mundo me sugiere estar en Twitter (e intuyo que tienen razón aunque no saben que ya estuve en el mes 2 de su creación….). Ahora que empiezo a pensar que
Facebook me quita demasiado tiempo en lo personal pero tengo claro que vamos a invertir en él……..Ahora que queda demostrado en nuestros queridos
planes de marketing (2009-2010) que creemos en las posibilidades que la manida realidad 2.0 nos ofrece…..pero con prudencia….ya sabes,
me refiero a ese necesario y contradictorio equilibrio entre pasión y proporción……...ahora que ya hace más de 5 años que hemos creado
la primera y única subvención de una administración turística que apoya y orienta a empresas que quieren aprovechar este entorno….ahora que me acabo de leer “todo va a cambiar” de
Enrique Dans y que poco me pueden contar sobre el
Long Tail o el
manifiesto Cluetrain……ahora que mi vocación transformadora y mi propensión al cambio (
no exenta de torpezas….) esta fuera de toda sospecha……ahora, en esta tarde desconcertante me permito el lujo de compartir
esta reflexión de Luis Pardo, Filósofo premio nacional de ensayo, y al que no me une especial admiración pero que reconozco en este caso, nos ayuda a poner el contrapunto……
a todo este delirante apremio…….como diría Sabina…”.incluso en estos tiempos….veloces como un Cadillac sin frenos…”….
"...La expresión «sociedad del conocimiento» es preocupante. Con ese rótulo se designa la extensión social de las tecnologías de la comunicación telemática, bajo la creencia absurda y supersticiosa de que el cambio de medio provocará por arte de magia un aumento del conocimiento; pero no ocurre solamente que quien es ignorante permanecerá ignorante por muchos ordenadores que se le administren, y que ni el cálculo diferencial ni el solfeo se harán milagrosamente más fáciles por culpa de los artilugios digitales, sino también que quien posee una cultura científica o humanista solvente recibirá estas tecnologías como un bendición que facilitará su tarea, mientras que quien carece de esa cultura sólo podrá utilizarlas para cosas como reservar vuelos baratos o descargar más rápidamente pornografía, pero que no podemos confundir eso con el aumento del conocimiento. Conocimiento no es lo mismo que información, e información no es lo mismo que «datos».
¿Un poco extremo?
Este post se lo dedico a mi colega y genio Antonio Martin. Va por ti.