miércoles, septiembre 7

Imagen de marca de destinos turístico. El dedo en la llaga.

Sin duda,, el turismo ha sido siempre un símbolo del estatus que ostenta uno en la sociedad. Parecido al reloj, al coche o al móvil, por citar algunos elementos especialmente representativos. Es necesario, para comprender este apartado recurrir a algunos ejemplos concretos. Sin profundizar en el tipo de experiencia vacacional de cada uno (Tiempo de estancia, alojamiento, actividades realizadas), Juan y Martín, dos compañeros de trabajo, residentes en Madrid, que ocupan similar escala jerárquica en la empresa donde trabajan, se ponen al día sobre las vacaciones. A Juan, se le llena la boca cuando cuenta que ha estado en Palma de Mallorca (donde veranea el Rey), en cambio, Martín, no puede evitar sentirse (no sabe ni por que) un poco inferior cuando cuenta, casi confiesa, que él ha pasado sus vacaciones en Benidorm. Es un hecho, Palma de Mallorca, ha conseguido crear una percepción de mayor lujo y prestigio que Benidorm. Pero ahora profundicemos un poco en el tipo de experiencias de estos dos individuos. Juan, ha viajado hasta Valencia en su coche, donde ha tenido que coger un Ferry hasta Palma.(El aeropuerto de Palma, a pesar de estar muy bien conectado, tenía problemas de huelga) Unas siete horas de viaje de punto a punto (y durante el pasaje, no ha podido dormir por los canticos varios de un grupo de ingleses un poco borrachos). Se ha hospedado en un hotel de tres estrellas, perteneciente a una conocida cadena española. Ha alquilado junto a su pareja un ciclomotor y se ha dedicado a disfrutar de las maravillosas calas de la isla( La mayoría abarrotadas), haciendo snorkel. Ha dedicado un día al senderismo, alucinando con los luminosos paisajes de la Isla en los que se fusionan el verde y el azul. Ha paseado por la catedral (que estaba atestada), y ha disfrutado de la maravillosa comida de la Isla. Además no ha perdonado tomarse unas copas en la animada noche mallorquina. Como colofón, ha despedido las vacaciones con una cena en Puerto Portals, rodeado de lujosos barcos en los que, o cambian mucho las cosas, o jamás navegará. Total gasto por persona y semana 650 euros. Martín sin embargo se ha estirado un poco más este año. Y ya ves en Benidorm…Ha viajado en avión hasta el aeropuerto de Alicante y ha alquilado un coche que le ha llevado a Benidorm en cuarenta minutos, se ha alojado, también junto a su pareja, en un Westin de cinco estrellas, frente a un campo de golf y un parque temático. Ha disfrutado de unos cuantos restaurantes con estrella Michelín, referentes en el panorama gastronómico nacional. Se ha bañado en la “Caleta del tío chimo”, una recóndita playita, de aguas cristalinas, escondida en Sierra Helada, perteneciente al término municipal de Benidorm. Ha visitado un parque de atracciones, un parque acuático y un gran zoológico temático. Ha disfrutado con un día de senderismo en el Vall de Gallinera, sin imaginare que a media hora escasa de Benidorm existía todo un bosque encantado. También ha hecho una visita al Marq, museo arqueológico de Alicante, para sosegar su ego cultureta. Martín también ha disfrutado hasta el amanecer de la noche de Benidorm, sorprendiéndose de la cantidad de atmósferas nocturnas que conviven. Total gasto por persona y semana 1200 euros. Es obvio que a simple vista, el viaje a Palma tiene más “glamour”, no obstante, sin duda Martín a llevado a cabo una experiencia en Benidorm mucho más lujosa que Juan en Palma de Mallorca. Por supuesto que en Mallorca también se puede acceder a un turismo de gran lujo y que en Benidorm existe una oferta adaptada a todos los bolsillos. De lo que no hay duda, es de que a la marca Palma de Mallorca, se le asocian atributos de más prestigio, como Yates de lujo, estrellas Michelín, Jeques Árabes y glamorosos actores de hollywood. En cambio, una gran parte de la gente, asocia a Benidorm atributos de otra clase como, turismo de chancla, Inserso, masificación, boom urbanístico etc. No hay duda que estos atributos no configuran la realidad ni en un caso ni en otro, sin embargo, residen en personalidad de cada marca. Es ahí donde tenemos que incidir.